domingo, 25 de julio de 2010

Al Pacino, cita con el Dr. muerte

Al Pacino, cita con el Dr. muerte

Con su papel como Jack Kevorkian en la película You don’t know Jack, Al Pacino demuestra por qué sigue siendo uno de los grandes actores del cine.

Una de las razones por las que Al Pacino aceptó representar al doctor Jack Kevorkian fue porque es un personaje real. Su edad coincidió también con la del polémico médico en el tiempo en que les practicó la eutanasia a 133 personas en Estados Unidos. Además, tenía el atractivo de ser un papel sobre un hombre con una vida extrema. Fue así como decidió actuar en You don’t know Jack, película que también marcó su regreso a la televisión.

Hace siete años, Pacino había debutado en el canal HBO con la serie Angels in America, por la que ganó el Globo de oro y el Emmy. Después hizo cinco películas de cine que no le dieron ni a los tobillos a papeles inolvidables como los interpretados en El padrino, Tarde de perros, Caracortada y Perfume de mujer.

La historia de Kevorkian llegó a sus manos en el momento preciso para recordarle al público por qué es considerado como uno de los grandes de todos los tiempos. Se transformó en el Dr. Muerte, como se le conoce a Kevorkian, un médico que todavía genera controversia. “Pensé que era interesante encontrar la manera de expresar lo que es ser realmente un fanático, que es como veo a Jack”, dijo el actor.

La película, que le tomó cinco años de producción a HBO, se estrenó en abril pasado en Estados Unidos con grandes elogios para Pacino, pues se alejó de actuaciones que en los últimos años le habían marcado un estilo sin muchas diferencias entre sus papeles. Dirigida por Barry Levinson, el mismo de Rain Man, esta película para televisión incluyó en su reparto a Susan Sarandon, John Goodman y Brenda Vaccaro.

Pacino acertó, por fin, con un papel a la altura de su prestigio. La semana pasada fue nominado al Emmy y You don’t know Jack entró en la lista de candidatas a mejor película. Para llegar al personaje, Pacino estudió al real Jack. Lo hizo a través de cientos de entrevistas en video, aunque no quiso tener un encuentro personal con él. Su mayor acercamiento fue por teléfono.

Así descubrió también otras facetas de Kevorkian, como su ácido sentido del humor o su talento para la pintura, algo que se muestra en el filme. “Aprendí de Jack que quería estar allí para la gente, sus pacientes y los familiares se sentían más cómodos cuando él les practicaba la eutanasia. Ellos lo habrían hecho por sí mismos, pero sin saber qué hacer si algo salía mal”.

Esta visión no interfirió en el filme pues, antes que abrir un debate sobre la eutanasia, la historia aborda sólo una etapa de Jack Kevorkian, de 1990 a 1999, en la que se muestra cómo asiste el suicidio de su primer paciente –con imágenes reales y un Pacino presente de manera digital en la escena–, hasta el juicio que lo llevó a la cárcel después de que apareciera en el programa 60 minutos administrándole una inyección letal a un paciente terminal.

El filme sacó a Pacino del silencio actoral, a pesar de tener seis películas en proceso y estar en temporada teatral en El mercader de Venecia, en Nueva York. Todo porque este estudioso de Shakespeare decidió de nuevo poner la piel en un personaje para el que no todos están capacitados.

El Espectador.com

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