jueves, 19 de abril de 2012

EE.UU. pierde el guante de cristal de Michael Jackson


La historia tiene tres referentes que la hacen atractiva y que no suelen coincidir juntos: el nombre de Barack Obama, el famoso guante de cristal que Michael Jackson lució en su mano derecha durante la gira mundial de Bad y el hijo de un brutal dictador africano.

El pasado mes de octubre, la administración de Barack Obama embargaba bienes por un valor de 71 millones de dólares (alrededor de 54,5 millones de euros) a Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del presidente de Guinea Ecuatorial que vivía en Estados Unidos y al que se acusaba de corrupción. Entre esos bienes había una mansión en Malibú (California) valorada en 30 millones de dólares (23 millones de euros), yates, coches de lujo, jets privados y 1,8 millones (1,4 millones de euros) en objetos pertenecientes al cantante y bailarín, quien falleció repentinamente el 25 de junio de 2009 por una sobredosis de medicamentos. Al parecer, Mangue cayó en una locura de compra compulsiva de recuerdos del malogrado rey del pop durante su estancia en EE.UU.

Pero según un juez federal de California, el guante de cristal de Swarovsky -y el resto de los bienes incautados- no podrán seguir más tiempo en propiedad de la administración Obama porque a pesar de que existe una orden de arresto internacional contra el hijo de Obiang nunca ha sido condenado por ningún crimen en Estados Unidos, según informa la revista The Hollywood Reporter. El juez ha dictaminado que EE.UU. debe de probar que Mangue acumuló su inmensa fortuna de manera ilegal bajo las leyes de este país y que mientras eso no se pruebe se le deben devolver a Mangue todas sus pertenencias.

Estados Unidos acusa a altos cargos del gobierno de Guinea Ecuatorial de corrupción y de condenar a más del 70% de la población a vivir en la pobreza. Mangue fue nombrado por su padre ministro de Bosques y se le considera una persona del círculo íntimo de poder del régimen de Malabo. El hijo de Obiang llegó a EE.UU. en el año 1991 para estudiar en la universidad, a la vez que, según fuentes de la administración citadas por la revista, movía ingentes cantidades de dinero fuera y dentro del país. Además de una vida dedicada a la extravagancia y el lujo, el joven africano se dedicó a comprar recuerdos de Michael Jackson tras su muerte.
EFE

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