La vida del creador del FBI, John Edgar Hoover, llega a las pantallas con "J. Edgar", cinta dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Leonardo DiCaprio que explora los aspectos más personales del enigmático agente federal.
El filme ha demostrado ser ya una clara apuesta para los Oscar en varias categorías incluida la de mejor actor, una estatuilla que aún no posee DiCaprio a pesar de haber estado nominado por "Blood Diamond" (2006), "The Aviator", (2004), y "What's Eating Gilbert Grape" (1993), en este último caso por un papel secundario.
"Fue un personaje muy difícil para mí", aseguró el actor en la presentación de la película en Los Ángeles (se estrena este viernes en EE.UU.) donde confesó que durante el rodaje se sometía a más de cinco horas diarias de maquillaje para dar credibilidad al envejecimiento de Hoover.
La producción recogió un período de más de seis décadas, desde principios de siglo XX hasta 1972, y sigue la trayectoria personal y profesional de Hoover que le lleva de ser un "joven terriblemente ambicioso", en palabras de DiCaprio, a una figura anacrónica que vivió obsesionada con la amenaza comunista hasta su muerte.
"El desafío para mí no fue tanto llevar las prótesis y el maquillaje o moverme como una persona mayor sino hacer que tenía 50 años de experiencia en el trabajo y dirigirme a un joven Robert F. Kennedy como si él que no supiera de qué hablaba", explicó el actor.
La grabación requirió de casi 80 vestuarios distintos para representar las diferentes etapas y momentos en la vida de Hoover, con un relato en el que predominan las escenas intimistas y está marcado por una presunta homosexualidad del famoso director del FBI.
"Es una película de relaciones", afirmó Eastwood, a quien le intrigaba la figura de Hoover desde hacía años y se sintió cautivado por el guión de Dustin Lance Black, quien ya ganó un Oscar por "Milk" (2008).
EFE
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