Laura Pausini dice vivir un momento nuevo en sus dieciocho años de carrera con su último disco, "Inédito", que surge de una pausa de dos años en los que sometió sus creencias a examen, todo un logro para quien considera irrenunciable su estilo y que se define como "terca y testaruda".
"Lo inédito fue el retiro en la casa en la que crecí, rodeada de silencio total, que me permitió estar conmigo misma y tener pensamientos muy profundos, lo que se ha reflejado en mis letras", dijo este lunes la cantante en una entrevista con Efe, guarecida, pese al cielo gris de Madrid, del ambiente más revuelto en su Italia natal.
Su encuentro con los medios españoles se produjo muy poco después de la salida del ex primer ministro Silvio Berlusconi del Gobierno italiano, en medio del contexto general de crisis económica, un cambio que esta artista consideraba "necesario", pese a que siempre se ha cuidado mucho de pronunciarse políticamente.
"Desde siempre elegí no expresar mi pensamiento político, aunque es muy claro, porque no me gusta que tenga influencia en la gente más joven. Lo que sí quiero es luchar junto a mi tierra", explicó la intérprete de "La soledad" o "Se fue".
El grano de arena de Pausini se llama "Bienvenido", el corte con el que se abre "Inédito", "un mensaje energético y optimista". "En estos años me he reencontrado con mis raíces, con mi pueblo, con mi nación, y he visto mucha gente desilusionada, sin trabajo y sin ganas de luchar", destacó la artista.
Desde sus primeros discos, ha hecho gala a menudo de un fuerte compromiso social, por lo que, ante las recientes oleadas de inmigrantes en su país huyendo de los conflictos armados de los países árabes, resulta especialmente pertinente ese "Bienvenido".
"Italia no estaba acostumbrada a recibir extranjeros. Pienso que es justo abrir las puertas a quienes tienen problemas en su tierra. Tenemos que aprender a recibir a los extranjeros, cuidándonos también de que entren personas honestas", señaló.
Una frase anticipa el mayor cambio operado en la italiana en este tiempo de introspección. "Las cosas no pueden cambiar hasta que no cambiamos la forma en que las miramos".
"Yo no he sido siempre muy tolerante. Soy muy testaruda, terca. Cuando alguien me hacía daño o no me seguía, me volvía loca. He tenido que adaptarme y reflexionar para darme la posibilidad de comprender que las cosas deben ser respetadas y que eso implica mirarlas de otra manera", explicó.
Todo eso se traduce en una nueva hornada de canciones, "más profundas e íntimas", que muestran las dos facetas que habitan en ella: la romántica y melancólica por un lado, y la optimista y a veces rabiosa por otro.
El Nacional
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