El Sherlock Holmes reciclado para las audiencias cinematográficas del siglo XXI sigue siendo un detective inteligente e incisivo capaz de llegar a las más sagaces deducciones, pero su caótica vida privada, su carácter un tanto depresivo y, sobre todo, el dominio de las artes marciales acaban transmutándolo en un insospechado héroe de acción. "Quería ampliar el mito, innovar el personaje, aunque no he inventado nada porque todos esos elementos están en las novelas y relatos cortos de Arthur Conan Doyle", es la defensa que ha esgrimido el director británico Guy Ritchie ante el inminente estreno mundial -este viernes en Reino Unido y Estados Unidos- de su última película, titulada, obviamente, Sherlock Holmes. A España llegará el 15 de enero.
En realidad este Holmes que no es alto ni tiene una nariz aguileña, e incluso ha cambiado la gorra de doble visera por un elegante sombrero Fedora, irrita sumamente a los ortodoxos porque el encargado de darle vida es un actor estadounidense. El realizador británico (Lock & stock o Snatch: cerdos y diamantes) quiso utilizar el incuestionable carisma de Robert Downey jr., recuperado por la industria en el último lustro tras una larga pesadilla de drogas y alcohol, para aunar su amor por las historias detectivescas de Conan Doyle con un estilo propio e innovador. Los casi 100 millones de euros que invirtió la producción de la Warner le permitieron recrear con toda minuciosidad el Londres de la época victoriana por las calles de Baker Street y de Greenwich, donde se desarrolla una trama de intriga típicamente holmesiana con un malvado experto en la magia negra, toques de humor y muchas peleas en las que también se enzarza el sempiterno compañero del protagonista, el doctor Watson. Su rostro cobra los rasgos del británico Jude Law, en una de sus mejores interpretaciones.
La química entre los dos actores, Downey Jr. y Law, es uno de los logros de un filme que no busca tanto adentrarse en las complejidades del personaje (en la línea de Billy Wilder con La vida privada de Sherlock Holmes) como recrearse en el más puro entretenimiento. "La clave de la relación está en que se necesitan el uno al otro", subraya Law.
En la productora ya hablan de la continuación. Brad Pitt ha mostrado su interés en participar en entregas de esta posible franquicia, que puede levantar la maltrecha carrera de Ritchie, conocido para el mundo como el ex marido de la cantante Madonna. En Sherlock Holmes hay también tiempo para el romance. "Holmes ama los casos y, desde luego, a sí mismo. Watson, a su prometida Mary, y también a los casos. Así que estamos ante un cuadrilátero amoroso", bromeaba Downey jr. durante la presentación de la película en Londres. Su personaje no pronuncia ni una sola vez la frase "Elemental, querido Watson", pero tampoco aparece escrita literalmente en ninguna de las obras de Conan Doyle.
¿Todo cambia para que todo siga igual? Como comenta uno de los secundarios, Mark Strong: "Muchos pontificaron en su momento que Daniel Craig iba a resultar un fiasco como el James Bond del celuloide simplemente porque es rubio". Y vaya si se equivocaron.
Fuente: www.elpais.com
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