México.- Carlos Monsiváis, prolífico ensayista, autor de numerosas crónicas y columnas en los principales periódicos de la historia reciente, activista e irónico crítico del gobierno mexicano, falleció el sábado, informaron varios de sus amigos. Tenía 72 años.
La también escritora Elena Poniatowska, quien al igual que Monsiváis simpatizó con las protestas estudiantiles que culminaron con la matanza de 1968 en la capital mexicana, dijo que su amigo de años falleció en una clínica de la capital mexicana, donde permanecía internado desde hace dos meses por una fibrosis pulmonar que se le había diagnosticado un año atrás, reseñó AP.
Monsiváis, nacido el 4 de mayo de 1938, es conocido por una carrera de más de 50 años dedicada a hacer la crónica de los cambios históricos, las tendencias sociales, la cultura popular y la literatura mexicana. Fue también un activista de numerosas causas de izquierda.
Algunos le criticaron su "ubicuidad'', al considerar que aparecía en demasiados medios, incluidos sus comentarios frecuentes para la radio y televisión, hablando de prácticamente cualquier tema. Pero quizás fue esa misma versatilidad y ese deseo constante de aparecer en diversos foros el que volvió a Monsiváis un escritor sumamente conocido, incluso en un país con muy bajos niveles de lectura entre la población.
El poeta José Emilio Pacheco dijo alguna vez que Monsiváis era el único escritor a quien "la gente reconoce en la calle''.
Para el escritor y crítico literario Ilan Stavans, "junto con otros escritores mexicanos de renombre, como Poniatowska y Pacheco, la sólida literatura de Monsiváis constituyó una respuesta dramática al enfoque rígido, complaciente y aburguesado que prevalecía en el momento, una era que adoptó el statu quo''.
Monsiváis alcanzó la mayoría de edad en la década de 1950, la época de la Generación Beat y de la nueva ola francesa, y estuvo muy consciente de los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos y Europa en la década de 1960, según la Enciclopedia de México. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sin concluir su programa de estudios, pero posteriormente recibió títulos honorarios de tres universidades mexicanas.
Siendo un joven periodista, fue conductor de Radio Universidad y comenzó a publicar en los años 60. Al igual que Poniatowska, Monsiváis fue afectado profundamente por la masacre de estudiantes en 1968 en una plaza del barrio de Tlatelolco en la Ciudad de México, y su libro ``Los procesos de México'' (1970) narra los casos judiciales contra 68 estudiantes arrestados luego del incidente sangriento.
Más tarde publicó "Amor perdido'' (1977), "Los rituales del caos'' (1995) y "Aires de familia'' (2000), entre muchas otras obras. En el ensayo "Nuevo catecismo para indios remisos'' (1982), Monsiváis criticó lo que vio como la hipocresía de la Iglesia Católica. Fue un periodista prolífico que escribió para los prominentes diarios mexicanos El Universal, Excélsior y La Jornada, así como para la revista Proceso, entre muchos otros medios.
Monsiváis hizo observaciones acerca de la influencia estadounidense sobre la cultura mexicana, por ejemplo, la infiltración de palabras en inglés como "jogging'' o "cash'', pero también sobre artefactos, movilidad social y un estilo de vida más acelerado que experimentó la gente del otro lado de la frontera.
Para migrantes potenciales de áreas pobres como Oaxaca, quienes son excluidos de la movilidad social y del poder de compra que podrían experimentar en Estados Unidos, "la velocidad es la nueva catedral'', dijo Monsiváis en una entrevista con The Journal of American History (La revista de Historia Estadounidense).
El autor solía hablar abiertamente de asuntos políticos y respaldó a Andrés Manuel López Obrador en las disputadas elecciones presidenciales de México en el 2006, aunque criticó el bloqueo que los partidarios de éste hicieron en la avenida Paseo de la Reforma, la principal de la Ciudad de México, durante más de un mes, poco después de los comicios.
Simpatizó además con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que se levantó en armas en el estado sudoriental de Chiapas en 1994.
A fines del 2006 Monsiváis inauguró el Museo del Estanquillo en el centro histórico de la capital, y varios días después de su apertura, visitantes de todas las edades seguían llenando el atractivo edificio "La Esmeralda'', donde se ubica. Con más de 10.000 piezas de la colección personal del escritor, los visitantes pueden recorrer épocas de la historia capitalina a través de obras de arte, calendarios, juegos, álbumes fotográficos e historietas que ilustran el pasado de la ciudad.
Monsiváis no sólo era aficionado a coleccionar piezas de arte. Tenía innumerables gatos como mascotas en su casa, y era frecuente que alguno de ellos se posara en su regazo mientras el escritor concedía alguna entrevista a la televisión.
El reconocido autor vivió muchos años en el barrio de Portales, donde se establecieron muchos inmigrantes provenientes de los estados y que ahora forman parte de las clases populares de la urbe. Monsiváis vivía ahí con su madre, Esther Monsiváis, quien crió a su hijo único en la religión protestante, dentro de un país predominantemente católico.
A lo largo de una carrera llena de reconocimientos, el escritor ganó el Premio Nacional de Periodismo en 1977, el Premio Jorge Cuesta en 1986, el Premio Mazatlán en 1989 y el Premio Xavier Villaurrutia en 1996. Continuó siendo reconocido en sus últimos años, y en el 2006 ganó el Premio FIL de Guadalajara (antes Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo), dotado de 100.000 dólares.
El jurado de ese galardón dijo que Monsivais había "forjado un lenguaje distinto para representar la riqueza de la cultura popular, el espectáculo de la modernización urbana, los códigos del poder''.
Fuente: www.eluniversal.com
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