El escenario fue el Salón Este, con los candeleros sobre las cabezas, los retratos de George y Martha Washington en los muros y un elenco de estrellas que cantó algunos de los grandes éxitos de McCartney.
Stevie Wonder tuvo a los Obama marcando el ritmo con las palmas al cantar “We Can Work It Out”; The Jonas Brothers interpretaron “Baby You Can Drive My Car”; Corinne Bailey Rae le bajó el ritmo con “Blackbird”, y Faith Hill cantó “Long and Winding Road”.
Fue el mismo McCartney quien tuvo a su cargo el momento cumbre de la noche, al interpretar “Michelle”, dirigiendo sus palabras directamente a la primera dama, que tiene ese nombre.
Dijo que se “moría de ganas” de cantarla en la Casa Blanca y le ofreció una disculpa al presidente con antelación. La primera dama e seguida comenzó a repetir la letra junto con McCartney, y el presidente se mecía en su asiento.
Después de darle serenata a la primera dama con la letra “I love you, I love you, I love you”, McCartney bromeó, al manifestar su temor de ser “el primer tipo en recibir un puñetazo de un presidente”.
La noche entera fue diseñada para que Obama le entregara a McCartney el premio Gershwin de la Canción Popular, que concede la Biblioteca del Congreso. McCartney dijo que ése era un momento inigualable. “No creo que pueda haber nada tan especial como tocar aquí”, dijo el inglés. Y luego se ofreció para actuar ahí con regularidad.
“A la hora de almuerzo podríamos reunirnos aquí”, ofreció. “Somos accesibles”.
McCartney, de 67 años, no dejó dudas respecto a lo que siente por Obama, diciéndole al presidente que en los tiempos difíciles “tiene a miles de millones de nosotros que lo estamos apoyando y que sabemos que lo va a superar”. Luego, cuando las cámaras de televisión se habían marchado, expresó aprecio por la Biblioteca del Congreso y agregó un comentario mordaz: “después de los últimos ocho años, es grandioso tener un presidente que sabe lo que es una biblioteca”.
Obama aclamó las canciones de McCartney como una significativa parte de la cultura estadounidense, diciéndole al compositor: “Es correcto, nosotros le robamos Sir Paul”. Los Beatles pudieron no haber sido el primer grupo de rock, dijo Obama, pero “ellos volaron los muros para todos los demás”. En el ámbito de la canción popular, pocas obras son tan conocidas como las que McCartney ha compuesto y cantado en las últimas cinco décadas, con los Beatles y luego con otras bandas o como solista.
El Premio Gershwin de la Canción Popular lleva el nombre de los compositores George e Ira Gershwin, cuyas colecciones están en la biblioteca.
“Algunas de las canciones que uno escribe, no sabe de dónde salen”, dijo McCartney el martes más temprano, en un escenario. “Así que yo tengo que creer en la magia”. La melodía para “Yesterday” le llegó en un sueño, dijo. Nadie pudo identificarla, así que la hizo suya.
Seguidamente, McCartney tomó la guitarra y cantó el famoso tema ante un público selecto en un concierto privado en la biblioteca. Entre la audiencia estaba la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi, el músico Stevie Wonder y el comediante Jerry Seinfeld. McCartney además cantó “Blackbird”.
El músico de 67 años dijo que estaba “un poco nervioso” por tener que cantar más tarde frente a Obama. “Para un muchacho inglés que creció en Liverpool, la Casa Blanca es algo muy especial”, dijo el martes. “El es un gran tipo”, dijo McCartney de Obama, “así que déjenlo tranquilo”.
El ex Beatle dijo que es muy especial para él ganar el Premio Gershwin, porque creció escuchando la música de los hermanos Gershwin. Wonder y Paul Simon obtuvieron previamente el galardón. El titular de la Biblioteca del Congreso, James Billington, dijo que McCartney tuvo un impacto más allá de la música, “simbolizando y humanizando el paisaje global”, y con su activismo en todo el mundo.
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