Ir a ver esta cinta es una experiencia donde las lágrimas son las protagonistas. Es difícil no conmoverse con una historia que registra un momento trágico, una de las catástrofes naturales más devastadoras de los últimos tiempos donde hubo más de 5,000 muertos y más de 2,800 personas desaparecidas.
La película está basada en hechos reales sobre una familia española que fue a pasar sus vacaciones de fin de año a Tailandia.
El 26 de diciembre de 2004, el mar se devoró la costa oeste de este país y miles de turistas y locales quedaron atrapados en el caos del tsunami. En medio de esta avalancha esta familia logra reunirse convirtiéndose en una historia de amor y de supervivencia que resulta muy conmovedora.
El director logra generar tensión al punto que el espectador se transporta a los escenarios de la película, se preocupa, entristece y emociona con un reencuentro rodeado por la casualidad.
Pero más allá del enganche emocional (que para los más escépticos puede llegar a resultar “sensiblero”), vale la pena revisar algunos elementos que llaman la atención en “Lo Imposible”.
El despliegue de medios técnicos y efectos especiales hacen que la cinta española no tenga nada que envidiarle a las grandes producciones de Hollywood. Los primeros 45 minutos donde el tsunami llega, tienen un tono bastante realista, de hecho en algunos momentos la cámara da su impresión desde el punto de vista de alguien que está siendo llevado por la corriente de las aguas. Se nota que hubo un presupuesto de treinta millones de euros detrás.
AFP
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