jueves, 14 de febrero de 2013

"Duro de matar: un buen día para morir", corrupción y venganza política en Rusia



Hace 25 años Bruce Willis entró a las grandes ligas del cine de acción con su interpretación de John McClane en "Duro de matar". Para muchos, este personaje cinematográfico se convirtió en héroe porque cualquier persona se puede identificar con él: es un hombre ordinario que las circunstancias lo obligan a emprender una tarea extraordinaria.


Este 2013 el actor repite su icónico papel como el detective en "Duro de matar: un buen día para morir", película que se desarrolla en medio de la corrupción y la venganza política en Rusia. McClane llega a Moscú para rescatar a su desequilibrado hijo Jack (Jai Courtney) y queda asombrado al descubrir que éste trabaja de manera encubierta para proteger a un informante del gobierno.

Con sus propias vidas en riesgo, los McClane se ven obligados a superar sus diferencias familiares para poder salvaguardar a Komarov y frustrar un crimen potencialmente desastroso en el lugar más desolado del planeta: Chernóbil.


Una secuencia en la estación de policía en Brooklyn, donde McClane se entera que su descarriado hijo ha sido encarcelado en Moscú, marca la primera aparición del personaje en la película, así como el primer día de filmación para Bruce Willis. Era una mañana lluviosa en Budapest a principios de mayo del año pasado y Willis estaba emocionado por volverse a poner los zapatos del papel que creó hace 25 años
AFP

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