Casi una década más tarde, los barranquilleros aún sueltan una estruendosa carcajada cuando se les habla de aquel suceso en el que un personaje del Carnaval, disfrazado de hombre-miembro o pene gigante, se acercó al presidente Andrés Pastrana en medio de un desfile. El hombre fue expulsado del lugar por el círculo de seguridad del Presidente, para sorpresa de todos los asistentes, pues los asiduos a esta fiesta saben que precisamente de eso se trata: de revertir el orden y extremar los temas tabú, entre ellos el más apetecido: el sexo. Sin duda alguna, además de la música, la alegría y el folclor, lo que mejor caracteriza un carnaval es la transgresión y la exultación de los sentidos. Por eso, la sexualidad erotizada y también la vulgarizada son los primeros invitados a desfiles y comparsas. Siendo así, Carnaval de las Artes no podría quedarse atrás, por eso tiene en su programación no sólo la proyección de la película Calígula, de Tinto Brass, uno de los clásicos del cine erótico, sino al director en persona acompañado de su musa Caterina Varzi, una sensualísima napolitana que dejó los códigos y la toga para poner en práctica en la pantalla grande su fascinación por el eros.
Los encuentros referentes al erotismo son varios y entre los contertulios de esta explosiva pareja están: el escritor y periodista español David Barba, quien además de haber escrito la biografía del actor porno Nacho Vidal, acaba de publicar uno de los libros más exitosos en España por estos días: 100 españoles y el sexo, en el que recoge las experiencias y opiniones en la materia de personajes públicos; la transformista mexicana Alejandra Bogue y el publicista Angel Becassino, creador del festival erótico en Bogotá.
Efraim Medina, organizador de este encuentro, explica que “el Carnaval es un espacio donde afloran y se les da rienda suelta a los tabús, muchos de ellos relacionados con el erotismo y la sensualidad. Para nuestro evento, que es un carnaval de la reflexión y las artes, es un tema central que incluso va a tomar más fuerza en los años próximos”.
Así que nadie mejor que estos invitados para celebrar, además con una mirada desenfadada y divertida, un tema que interesa a todos; que habita los imaginarios sociales como un fantasma y que produce tosecillas de nerviosismo. A los asistentes se les recomienda que se agarren bien de la silla, porque las confesiones y declaraciones que prometen los invitados apuntan a llevar el goce del cuerpo a las palabras, como lo asegura Barba: “Los mediterráneos tenemos 3.000 años de experiencia en orgías, bacanales y disfrute de la sexualidad y el erotismo. Eso nos permite saber lo que es el goce tranquilo…. Y luego, como recomendaba el Marqués de Sade para sublimar el goce: hay que hablar de ello”. De manera que hablarlo es tan importante como hacerlo. Tanto Barba como Medina coinciden en que las cosas irán un poco en otro orden en este Carnaval: “Ojalá que al final, de tanto hablar, contribuyamos con el ocio y el fornicio”, concluye el español.
Fuente: www.elespectador.com
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