La cantante y actriz sorprendió a propios y extraños con un discurso incoherente. Entre risitas de niña traviesa y tambaleándose, Mariah Carey abrazó Daniels con un "te quiero" y, entre "¡oh! dios mío", le pidió disculpas a la audiencia "porque estoy un poco...".
"¡Borracha!", gritó alguien entre el público, lo que despertó las risas y aplausos de los presentes, incluida Mariah. Después divagó durante unos minutos sobre Push -el libro que inspiró la película- su autora y el director, antes de comenzar a aplaudir espontáneamente.
Y, si la noche del martes, fueron los aplausos del público los que interrumpieron su curiosa intervención y los que la obligaron a bajarse del escenario, en la noche del miércoles, en los People's Choice Awards, fue su marido, Nick Cannon, el que la ayudó a que pudiera subir a recoger su premio.
Carey, enfundada en un vestido blanco dos o tres tallas por debajo de la suya, subió al escenario de una gala que la premió a ella como Mejor Artista R&B; a Keith Urban como Mejor Artista Masculino; a Taylor Swift como Mejor Artista Femenina; y a Carrie Underwood como Mejor Artista Femenina.
Parece que esa noche también se había pasado con el champagne, pues a la cantante le costó llegar hasta el escenario en línea recta. Su marido la ayudó a subir a recoger la estatuilla mientras ella se peleaba con su vestido y su larga cola.
Aún así, Mariah tuvo tiempo de pronunciar varias frases, esta vez más coherentes que en la noche anterior, aunque volvió a dar muestras de su carácter 'chispeante' con un agradecimiento a su marido por ayudarla "con este vestido, que es un drama" y "por muchas otras cosas que no debería decir".
Fuente: www.elespectador.com
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