jueves, 14 de enero de 2010

ROBERT DOWNEY JR. Actor: "He conseguido no destruirme a mí mismo"

Robert Downey Jr. es un ejemplo de que la frase más famosa de Francis Scott Fitzgerald ("Las vidas americanas no tienen segundos actos") no siempre es cierta. Cuando se le recuerda la cita del autor de El gran Gatsby, se ríe a carcajadas y exclama: "No lo sé. Todo lo que sé es que he logrado dirigirme a un cierto lugar y he logrado no destruirme a mí mismo".
Este actor de 44 años pasó por todos los infiernos posibles y unos cuantos más para acabar convertido en una de las estrellas más rentables de Hollywood. Ayer visitó Madrid para presentar Sherlock Holmes, una nueva variación sobre el personaje creado por Arthur Conan Doyle en 1887, dirigida por Guy Ritchie, con Jude Law como Watson y Downey Jr. como el detective. Su residencia (221 B de Baker Street) es una de las pocas cosas que sobreviven de la versión original en este Holmes, que se estrena mañana en España, lleno de peleas de artes marciales a lo Matrix y con un punto de James Bond.

"No es perfecta, pero creo que la hicimos con el corazón. Teníamos algunos elementos exteriores marcados por el estudio que nos condicionaron, porque la sola idea de resucitar a Holmes para el cine era muy arriesgada. Cuando nos pusimos a hacer la película, estaba cargada de esteroides. Y cuando la terminamos estábamos seguros de que iba a haber secuelas y ya era una película muy grande. Estoy de acuerdo en que si este Sherlock Holmes tiene un fallo es que se inclina a veces demasiado hacia la parte James Bond-espionaje, pero la mayoría de la gente la está disfrutando", afirma Downey en una entrevista celebrada ayer por la tarde.

El protagonista de filmes tan diferentes como Chaplin, El detective cantante, Zodiac, Tropic Thunder o Iron Man ha venido a Madrid en uno de esos circos organizados por las grandes distribuidoras, que bloquean una planta de un gran hotel madrileño, por la que pululan todo tipo de asesores y publicistas preocupados porque no se pregunte a Downey Jr. por sus años de vino y rosas, de drogas, cárcel y alcohol que estuvieron a punto de acabar con su carrera. Pero es un tipo cercano, culto y divertido, que lamenta en voz alta, mientras contempla a través de la ventana una esquina del Museo del Prado: "Esto es lo más cerca que voy a estar de ver Madrid".

Downey Jr. tuvo que utilizar un asesor lingüístico para poder recrear el acento británico de Holmes: "Me daba mucho miedo. Es tan difícil, las reglas son tan complejas que nunca lo hubiese hecho sin tener un entrenador de diálogos, que también me servía para explicarme porque las palabras significan lo que significan. Porque el problema no es que sólo haya una forma correcta de pronunciar, sino también de utilizar ciertas palabras y expresiones". Aunque no contó con los nueve meses que le dieron para preparar el personaje de Chaplin. "Bueno entonces, nadie me daba otro trabajo, así que tuve mucho tiempo", afirma de nuevo entre risas.

Ahora está en dos franquicias a la vez, porque tanto Iron Man como Sherlock Holmes tendrán sus segundas partes. ¿No tiene miedo de que esto le aleje de otros filmes menos comerciales que han marcado su carrera, como Jóvenes prodigiosos, El detective cantante o Buenas noches y buena suerte? "Siempre sacrificas una cosa por otra. No esperaba estar en dos franquicias a la vez y creo que es bueno. Pero es como todo en la vida. Cuando deseas algo y lo consigues, te das cuenta de que siempre hay una sombra. Creo que cuando eche de menos ese tipo de cine, volveré a él. Ahora lo que echo de menos son unas vacaciones. Quizás en el futuro deba bajar un poco el ritmo".

Pero, por ahora, se dedica a defender con entusiasmo esta nueva vuelta de tuerca sobre Sherlock Holmes, un personaje que ha sido interpretado por 74 actores diferentes y que cuenta con todo tipo de versiones apócrifas, no sólo House o El nombre de la rosa: hay películas en las que resuelve crímenes con Freud o en las que el listo es Watson, no Holmes, que es sólo un monigote.

Para Downey Jr., una de las principales aportaciones de este filme es precisamente la relación entre ellos, que define "como la de Robert Redford y Paul Newman en Dos hombres y un destino". "Siempre he echado de menos que Watson y Holmes no estén al mismo nivel y creo que eso es algo que sí se produce en esta película, porque además Jude Law no va a ser el segundo plato de nadie".

Fuente: www.elpais.com

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