La estrella no está varada en las glorias pasadas de "La guerra de las galaxias" ni "Indiana Jones". Inquieto, ahora busca nuevos desafíos y hace una pausa en la acción para ser un solitario científico en el drama "Medidas extraordinarias".
Cuando Harrison Ford entra a esta iluminada habitación del Four Seasons de Beverly Hills, no hay duda de que estamos frente a él; con su arito en la oreja izquierda, el pelo medio canoso, chaqueta impecable, jeans, formal trato y jovial aspecto, la estrella de 67 años está de cuerpo presente. Ford saluda, "que linda grabadora" dice y se ríe con una leve mueca hacia la izquierda, mientras levanta la ceja, poseído, así de repente, por el capitán Solo. Pero también comenzamos a hablar con el arqueólogo aventurero Indiana Jones, el Presidente de "Air Force One", el detective Rick Deckard de "Blade runner". Porque, al contrario de otros actores que cambian y se hunden en los personajes, Ford sigue siendo Ford en la pantalla. No engorda, no adelgaza, no se deja crecer la barba, el pelo. No es un camaleón, al contrario, conserva su look, su vena y carisma.
Quizás la razón de que Harrison Ford siempre sea Harrison Ford en pantalla se deba a esta explicación que entrega sobre su método actoral: "No podría nunca interpretar personajes basados en sujetos reales, en personajes históricos porque no soy bueno imitando gestos, maneras de hablar y apariencias físicas". No podría nunca hacer, por ejemplo, de un Kennedy o un Lincoln. Y hace la aclaración justamente porque, si bien su nueva película, "Medidas extraordinarias" (programada para las próximas semanas en Chile), está completamente inspirada en hechos reales, su personaje es inventado. "Medidas..." trata sobre un padre, John Crowley (Brendan Fraser), que busca la cura para el síndrome de Pompeya, una rara enfermedad que afecta a sus hijos.
El actor interpreta al científico que ayuda a esta familia en apuros. Dice Ford: "Todo se basa en hechos reales, menos mi personaje, el del doctor Robert Stonehill, un científico que es una ficción, es la síntesis de todos los científicos que ayudaron a los Crowley en su lucha".
Ford está comprometido en esta película que él mismo produjo y que demoró seis años en concretar. Y además admite que estaba interesado en dar un giro refrescante a su carrera. "Quería encontrar algo diferente, algo que me diera la oportunidad de interpretar un personaje distinto, en un género distinto". El guionista nominado al Oscar por "Chocolate", Robert Nelson Jacobs, dice a Wikén que trabajó muy cerca con Ford para construir este personaje para el actor. "De alguna manera podríamos decir que su personaje es una especie de Han Solo, un solitario que escucha rock mientras investiga y hace ciencia y que siempre está buscando camorra", aclara el escritor mientras el propio Harrison Ford explica: "A este doctor no lo veo como un héroe", dice sobre un sujeto insoportable y gruñón. "Él está interesado en la enfermedad, no en los pacientes".
-Siendo una de las más grandes estrellas del mundo, ¿es duro encontrar papeles que le gusten?
"Siempre ha sido duro, porque además del material, tienes que fijarte en las posibilidades comerciales que tenga un proyecto. Pero a éste le tengo fe. No es un videojuego. Puedes emocionarte con este ejercicio de sentimientos humanos".
El director Tom Vaughan es uno de los millones de creciditos hombres que en los años ochentas tuvimos a Han Solo/Indiana Jones/Harrison Ford como patrón de conducta del héroe cool, un ídolo con clase. "No tomo crédito ni responsabilidad por eso", asume Ford con buen humor, y sigue: "Esos filmes han tenido una verdadera influencia, pero para mí ha sido mucho más satisfactorio trabajar en otro tipo de producciones, con grandes directores".
Además de la mera aventura de matiné, Ford en verdad ha hecho un camino notable en el cine "serio". Ahí están "La costa mosquito" (1986), del gran Peter Weir y con Ford como un idealista ecologista que no mide las trágicas consecuencias de sus actos; o "Testigo en peligro" (1985), otra vez de Peter Weir y con la estrella como un policía que protege a un niño amish. Y cómo no mencionar su mejor rol en "Búsqueda frenética" (1988), con el actor rastreando a su mujer perdida en las calles de París, gracias a la pericia de su amigo, el director Roman Polanski, actualmente detenido en su residencia de Suiza esperando el juicio en su contra en EE.UU. por abusar de una menor en 1977.
-Usted recibió el Oscar a nombre de Polanski. ¿Qué opina de él?
"No es un lugar para discutir este tema ahora. Roman es un amigo, eso es suficiente. No es nada personal contra la pregunta, pero es lo que tengo que decir por ahora".
Harrison Ford dice que le gusta cultivar las buenas relaciones en este negocio porque, explica, el cine se hace en grupo. Y por mucho que un director firme una película como propia, él sabe perfectamente que muchas de las mejores ideas provienen a veces de la postrera ocurrencia de un simple actor, como él. Por ejemplo, en la primera "Indiana Jones" fue idea suya dispararle a quemarropa a un villano que se disponía a un engorroso combate de espadas y, por ejemplo, fue idea de su colega holandés Rutger Hauer en el clásico "Blade runner", donde Ford era la estrella, decir esas recordadas palabras finales sobre una azotea futurista: "Estos recuerdos se perderán como lágrimas en la lluvias".
Explica Ford: "Disfruto trabajar en colaboración, dar opiniones, más si soy productor, pero no de una manera dictatorial. Pero cuando un proyecto termina, termina. Generalmente no veo películas, ni las mías. No soy para nada un nostálgico".
Y acá viene otra semejanza con Han Solo. Harrison Ford es un espíritu libre. Cuando se le antoja, al igual que el mercenario personaje de "La guerra de las galaxias", agarra su "nave" y se va volando. Así es. Ford es dueño de por lo menos ocho aeronaves. "Me gusta mucho volar, soy todo un piloto", dice con una sonrisa de oreja a oreja. Ford ha participado en rescates aéreos y a menudo vuela a Europa piloteando sus propios aviones ("hay que hacer un alto en la isla de San Patrick y de ahí puedo cruzar a París"), lo mismo hacia México, Venezuela y, frecuentemente aterriza en los caminos -solitarios, sin autos- de desiertos y lugares apartados. "Cuando la cosa está difícil y aterrizo bien, pues la gente aplaude", dice.
UN FORD AUTÉNTICO.
En tierra, en la normalidad de la vida casera, Harrison Ford mantiene una reserva casi obsesiva cuando se trata de su vida privada. Su actual princesa Leia es la actriz Calista Flockhart, de la recordada serie "Ally McBeal", con quien está comprometido y juntos comparten la paternidad de un hijo adoptado. El pequeño Liam, de ocho años. "Me gusta mucho cocinar, llevar al niño a la escuela, hacer el aseo en la casa, lavar los platos. ¡Eso es muy satisfactorio! Lavar los trastes (risas). Muy, muy satisfactorio".
Una de las cosas que admite hacer es deleitarse de las comidas de uno de sus hijos mayores, Benjamin Ford, dueño del Ford's Filling Station, un pub gastronómico en Culver City, California. "Mi hijo es un maravilloso chef. Pero en casa comemos cosas muy simples la mayor parte del tiempo, pizza, un montón de pizza, pescado y vegetales. Muchos vegetales".
El verdadero Ford está abriendo su corazón. Alejándose del personaje. Hay que aprovechar. Según la información de internet, empezó en los años 70 en esta carrera como carpintero y fue gracias a esas habilidades que George Lucas lo conoció, pues le pidió hacer estantes de madera para su casa. Se ha dicho igualmente que Harrison Ford es tan amante del conservacionismo ecológico, que en 1993 el especialista en arañas Norman Platnick nombró a una nueva especie de arácnido como "Calponia Harrisonfordi" y en 2002, el entomólogo Edward Wilson nombró una nueva especie de hormiga como "Pheidole Harrisonfordi".
-¿Le puedo hacer dos preguntas tontas sobre su vida privada?
"Seguro, yo te voy a responder de la manera más tonta que pueda".
-Lo primero: ¿Es verdad la historia de los estantes para Lucas?
"¡Oh, no, sir! Yo nunca, pero nunca construí nada para George Lucas, es un mito".
-OK, la segunda pregunta: ¿Qué me dice de los científicos que le pusieron su nombre a nuevas especies de bichos?
"He trabajado en el conservacionismo por veinte años. Y sí. Mi nombre está en una especie de hormigas descubierta por Edward Wilson, una autoridad en el tema, y también pasó en el caso de una nueva araña. Eso sí, cuando surgió una nueva clase de mariposa y quisieron ponerle mi nombre, propuse mejor el nombre de mi hija (risas). Pero me tomo de manera muy personal la preservación de la naturaleza".
La conversación termina, Harrison Ford sale de la habitación. Uno de sus Cesna lo espera en el aeropuerto de Los Angeles con el tanque lleno para volar a donde se le dé la gana.
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