La idea de encontrar el amor dentro de un mundo perfecto se comienza a elaborar desde la adolescencia. Así lo plantea Sebastián de la Nuez en Rosalía, su primera novela, donde crea a una mujer idolatrada por el protagonista y que prácticamente representa el reflejo de una sociedad marcada por el sueño utópico de la igualdad. La novela es narrada a través de la voz de Samuel, un periodista que ve en Rosalía una mezcla de varias féminas.
"Es un compendio de cosas bellas y evocaciones que se emparentan con la poesía, la literatura y con el erotismo más elevado. Es casi una figura sagrada desde el punto de vista del protagonista", señala De la Nuez.
El autor hace una analogía entre el sentimiento de ilusión que provoca la presencia de Rosalía con la pasión de la revolución, representado en el movimiento de cambio que se expandió en la mente del sector izquierdista universitario durante los años 60 y 70.
Durante esa época ya se vislumbraba en el panorama político una mejor cara. En el primer período presidencial de Rafael Caldera, época de pacificación, la guerrilla bajó la guardia, se retiró de las montañas, y personajes como Pompeyo Márquez y José Vicente Rangel legalizaron sus ideas con la formación de partidos políticos.
Al hablar de revolución y movimientos de izquierda es imposible no hacer una conexión con la realidad del venezolano, intención que De la Nuez parece dejar muy claro. Aunque la historia del amor inalcanzable es la raíz de la novela, la política y la inmigración son temas que el autor afirma que se abarcan "no sé si de una forma acabada pero por lo menos esbozadas".
EL PERIODISMO EN SU OBRA
Sebastián de la Nuez ha demostrado un gran interés en reflejar el trabajo reporteril en la mayoría de las obras que ha escrito. Tal es el caso de su libro de cuentos Calles de lluvia, cuartos de pensión, con el que fue merecedor del premio mayor del Concurso Transgenérico del año 2006. Muchas de las experiencias expresadas en sus escritos ya fueron vividas por su persona durante la carrera como periodista, por lo que no descarta que continúe interesado en incluir historias del gremio.
"Mi interés se aproxima en saber cómo trabajaban los periodistas antes, cómo eran sus redacciones, las máquinas de escribir manuales y la precariedad con la que se trabajaba", asegura De La Nuez. Asimismo, el autor agrega que es interesante adentrarse en "la camaradería" que se distingue entre los profesionales.
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