El Carnaval de Barranquilla de 2011, una de las fiestas mas tradicionales de Colombia, se inició el sábado con una "batalla de flores" en el llamado "cumbiódromo" de la famosa Vía 40 de esta ciudad caribeña.
La cita anual, declarada en 2003 Patrimonio oral e inmaterial de la Humanidad, por el Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), congrega a miles de personas de todo el país que se lanzan a gozar durante cuatro días.
El general Oscar Pérez, comandante de la policía del Atlántico, por su parte, anunció que para garantizar la tranquilidad ciudadana durante los días de carnaval, dispone de 4.000 de sus hombres para vigilar los mas de 300 eventos y concentraciones públicas.
Color, energía, música, alegría, bailes, comparsas y reinas, y "hasta que el cuerpo aguante" es la orden impartida por las autoridades de la celebración barranquillera.
La organización dedica la "batalla de flores" a "la africanidad", a los herederos de los primeros esclavos que llegaron al Nuevo Mundo en la época de la conquista española y fueron colectivos de miembros descendientes los que encabezaron el desfile inicial en las fiestas de este 2011.
Todos los 1,7 millones de habitantes de Barranquilla, capital departamental del Atlántico y los miles de turistas recibieron la orden: "a gozar", que impartió Marcela Dávila, reina del carnaval de este año.
Sin tregua, desde el Rey Momo, hasta las marimondas, los garabatos y los congos, personajes y disfraces típicos, se entregan a la diversión, al aire libre y en clubes sociales, hasta el martes, cuando muera "Joselito Carnaval", el eterno invitado y principal personalidad de las fiestas.
"Joselito Carnaval" muere ante los excesos de diversión, parranda y licor, y tras de sí deja una larga fila de viudas que desfilan de negro y con su llanto y lamentos ponen fin a la fiesta que por cuatro días con sus noches inunda la ciudad.
El Espectador.com
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