El Premio Cervantes, agudo observador de la situación política de Latinoamérica, se refirió este viernes a la "relación muy clara" que existe entre Raúl Castro y el Gobierno de Obama, que "cada vez que progresa -explicó-, Fidel publica un artículo crítico, vociferante y asusta a todo el mundo".
"La gran barrera es una barba", subrayó el escritor, que consideró "inevitable" que en el futuro haya un acuerdo entre Cuba y EE.UU.
Y si se lograse, la Administración Obama sería un buen escenario, porque, a juicio del Premio Cervantes, se trata de un Gobierno "inteligente, democrático y comprensivo con lo que pasa fuera de las fronteras estadounidenses".
El escritor mexicano presenta en Madrid, a sus 81 años, su última novela, "Adán en Edén", en la que la violencia y el narcotráfico ocupan uno de los pilares centrales, sin olvidar otros asuntos como la pobreza de los países latinoamericanos que se ve reflejada en los suburbios que rodean a las grandes capitales.
Pese a que la crisis ha tenido un menor impacto en los países de la región, el autor de "La muerte de Artemio Cruz" subrayó que todavía "la mitad de la población de América Latina sigue viviendo en la pobreza".
Y destacó que aún Brasil, el país líder de la región, presidido dijo, por un "un hombre inteligente", al referirse a Luiz Inácio Lula da Silva, sigue registrando niveles de pobreza que alcanzan al 30 por ciento de la población.
Entre las soluciones para acabar con la pobreza, el autor de "El instinto de Inez" propone que los países inviertan en capital humano y en planes de desarrollo, así como en salud y en educación.
"No se está haciendo, porque los Gobiernos son muy cómodos y cuentan con otros ingresos en dólares", dijo, para precisar que en el caso de México "empleamos las remesas de los trabajadores, el turismo y el petróleo".
Tres recursos, que según el escritor, se "están secando. Por ello, vamos a tener que trabajar para crear un país viable".
Un reto que supone, a su juicio, también un "desafío político" al que "el actual gobierno (de Felipe Calderón) no está respondiendo" y sí podría afrontarlo "un gobierno con gente joven que sepa entender que los problemas de México se resuelven en México y que son problemas que se han aplazado desde hace treinta o cuarenta años".
Carlos Fuentes incluso va más allá y señala que "si México no quiere una intervención norteamericana, más vale que empecemos a arreglar nuestros problemas".
Para el escritor las relaciones de México con Estados Unidos vienen determinadas por los problemas de su país y sus necesidades, como avanzar en el desarrollo, que hemos, dijo, "descuidado terriblemente".
Sobre la reciente ley aprobada en el estado de Arizona que criminaliza la inmigración ilegal, el escritor, que ya ha dicho en más de una ocasión que es una normativa "racista" y que "discrimina a los latinoamericanos", indicó que la "política federal está por encima de las políticas de los estados en materia de emigración" y se mostró esperanzado de que Obama cambie la actual ley de emigración.
Por último, Carlos Fuentes se refirió a los bicentenarios de la independencia que celebran este año varios países latinoamericanos e invitó a que estas "conmemoraciones" no supongan sólo una mirada al pasado y sirvan para recordar a los próceres de la libertad, sino también para investigar las circunstancias sociales, económicas y políticas de la época.
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